miércoles, 18 de septiembre de 2013

GUSTAVO GUTIERREZ

Biografía

Gustavo Gutiérrez Merino (*Lima, 8 de junio de 1928) es un filósofo y teólogo peruano, ordenado sacerdote en 1959 y dominico desde 1998, creador e iniciador de la Teología de la Liberación. Es fundador del Instituto Bartolomé de las Casas de Lima. En sus libros critica duramente el marco político que ha perpetuado la pobreza en América Latina.
Fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en el año 2003, en palabras del jurado, «por su coincidente preocupación por los sectores más desfavorecidos y por su independencia frente a presiones de todo signo, que han tratado de tergiversar su mensaje».
La Universidad Yale, en junio de 2009, otorgó un Doctorado honoris causa en Teología, por su trabajo social en los barrios de Lima y su estudio avanzado de la medicina y la teología.






Teología de la Liberación

La teología de la liberación surgió originalmente como la respuesta cristiana a la situación en la que vive gran parte de la población de América latina. Para Gutiérrez, el centro del problema en América Latina es el pecado manifestado en una estructura social injusta. El teólogo pone énfasis en la dignidad de los pobres al priorizar la gloria que Dios ha puesto en ellos.
En Teología de la liberación, perspectivas, Gutiérrez realiza un análisis de la percepción bíblica de pobreza. En esta obra, distingue dos estados de pobreza: como un «estado escandaloso» y como una «infancia espiritual». Gutiérrez observa que mientras el primero es aborrecido por Dios, el segundo es valorado. Por un lado:
La pobreza es para la Biblia un estado escandaloso que atenta contra la dignidad humana y, por consiguiente, contrario a la voluntad de Dios. Para poder llegar a esta conclusión Gutiérrez realiza un excelente análisis de la condena de la pobreza en el antiguo testamento, principalmente en los profetas, y en el nuevo testamento. Por otro lado, presenta la pobreza como una infancia espiritual, refiriéndose, por supuesto, a las bienaventuranzas de Mateo y Lucas. “Bienaventurados los pobres porque el reino de Dios ha comenzado."
Para Gutiérrez, estos dos estados de pobreza conviven en la fe de los creyentes de América latina. En América Latina se vive un binomio no compatible. Mientras un pueblo profesa una inmensa fe en el Dios de vida, muere presa del hambre, la desnutrición, o la injusticia de un sistema hostil. Por un lado hay hambre de Dios, por otro hambre de pan:
Yo deseo que el hambre de Dios permanezca; que el hambre de pan se haga resolver... hambre de Dios sí, hambre de pan no.
En las obras de Gutiérrez, la pobreza juega un papel importantísimo por ser esta la causa del surgimiento de su teología. Gutiérrez critica en numerosas ocasiones la forma en que otras naciones conciben la situación del tercer mundo, específicamente de América Latina. Hablando del desarrollo de los países tercer mundistas, comenta:
Para algunos el término desarrollo sería, por decirlo así, negativo. Habría surgido como oposición al término subdesarrollo que expresaba la situación –y angustia– de los países pobres comparados con los países ricos.
Solamente por medio de la manifestación de una fe comprometida se puede llegar a manifestar los propósitos de Dios para el hombre, sin importar el color o la clase social bajo la que haya nacido. Precisamente por esto, la teología de la liberación pretende ser:
La expresión de la vivencia de la inteligencia de la fe cristiana de los pobres. La teología de la liberación insiste en priorizar el don de vida como manifestación suprema de Dios.





Teología de la Liberación


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